lunes, 29 de agosto de 2016

Decíamos ayer

Qué decirte…
Viendo cómo me querías aprendí a quererme.
Y aprendí también…
Que la revolución comienza en casa.
Que al menos un momento, cada día, es digno de convertirse en canción.
Que, como dice Silvio, “hay idiomas perfectos por descubrir…y hay que buscarlos”.
Que, a veces, es posible parar el tiempo y ponerse a mirar la vida,
como miran los viejos las obras desde el Puente de Toledo.
Siempre tendrás un sitio por aquí dentro,
en algún lugar entre las costillas y el corazón.



Sigue estando aquel puente
en el mismo lugar
pero ya se han ido las excavadoras
y todo es un paseo sin prisa buscando la sombra
entre la alegría y la calma.
Tú dices que estás más viejo,
yo tengo alguna cana.
Pero mis palabras y las tuyas
se entremezclan en su baile conocido.
Y sonrío porque todo está bien.
Sonrío como sonríen los amores que fueron bien hechos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario