domingo, 18 de septiembre de 2016

Ilesos y esperanzados



Voy andando con el corazón en la mano,
sangrando amores
y desempolvando caminos
(nunca he querido aprender a guardar
mis objetos valiosos).
Pero hay algo amable
que me sigue desde siempre,
vacía de ruido el aire
y me choca con personas
como yo,
que pasean sus manos ensangrentadas,
sus lágrimas boca arriba
y un temblor de sonrisa en los ojos.
Funciona como una especie de imán
que atrae a dos seres concretos
entre la multitud
para dejar que el sentido se abra paso
y podamos comprender
casi sin esfuerzo.
Se nos ha regalado
el privilegio de encontrarnos.
Y en ese encuentro
cuidarnos
es la única posibilidad
que tenemos
de salir ilesos y esperanzados.

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