viernes, 14 de agosto de 2015

Alas negras


Tú me advertiste de tus pozos.
Yo no pude advertirte
de lo que no sabía que existía.
Pero ahora me acompañas,
vienes conmigo a buscar al animal salvaje,
bajamos
              juntos
                          a la
                                 oscuridad.
Dejas que recorra yo sola la última parte del camino
y tú esperas buscando en el agua una palabra
que se lea igual en las dos direcciones.
He aprendido que el miedo nos pone a temblar todo el cuerpo.
Se nos ha presentado la libertad y la hemos dejado entrar.
Vamos a armar a nuestros hijos.
Vamos a contarles que las ganas de matar hay que reservarlas
para los verdaderos enemigos.
Tengo tres tesoros encerrados en un puño.
Tengo tres plumas de cuervo en el cajón.
Déjame que te mire otra vez.
Y tú no te cansas de mirarme.

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