sábado, 13 de agosto de 2016

Noches como puños


Hay noches como puños,
bofetadas de cansancio
en la memoria
acribillada de otras noches
donde bebíamos ansiosos
las historias.
Dices que no hay peor tristeza
que la de ver suicidarse los segundos
en la grieta de una mesa
que no sostiene ya ninguna carta.
Hay ruidos tan idiotas
que distraen el ritmo de metrónomo
que marcan al caer
las gotas de todas las miradas
derramadas.
Tú pisas el charco al levantarte
y yo naufrago mi cigarro allí
donde el tiempo secará cualquier indicio.
Y no quedará ni rastro de esta noche.

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