Tendrías que estar aquí para ver cómo hago magia
sólo con tocarme.
Tendrías que estar aquí para ver cómo no se me va
esta puta sonrisa de mi cara.
Tendrías que estar aquí para recoger en tus manos
tanta humedad.
Tendrías que estar aquí pero no estás
así que llamo a ese otro tú que vive fuera de tu
cuerpo
y se pasea por mis pensamientos a diario.
Acaba de contemplar la maravilla
y ya está de vuelta para contarte
que no te puedes perder la próxima fiesta
-tuya y mía-
de carne,
piel,
espasmos
y latidos.
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