Ha sido un cuento muy corto. Un microcuento.
Menos mal que fui. Menos mal que viniste.
Menos mal que levantamos la mano a la vez, los
primeros, cuando la vida preguntó:
¿hay algún protagonista disponible en la sala?
De haberlo sabido...Nada. Hubiera repetido cada minuto
exactamente igual.
Porque no me lo querría perder.
Menos mal que nos tocó a nosotros.
Que nos llevamos el cuento corto a casa. El
microcuento:
"Había
que llenar el barrio de besos
y
empezaron por aquella calle, aquella misma noche."
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