Puedo llamarte Amor
si quieres.
Amor te llamo
si vienes
y me traes como siempre
tus conjuros y tus pócimas
y esa retahíla de palabras mágicas
que utilizas para cambiar las estaciones
de lugar.
Qué guapa estás
me dices
parece que vas a ir a hacer feliz al mundo.
Y salgo a la calle sonriendo
porque ya lo has vuelto a hacer:
me has metido la consciencia en el bolsillo
y has esparcido un reguero de piedras diminutas
que recuerdan el camino
de vuelta a casa.
A tu paso
las películas se pausan
y la vida se queda en suspensión.
Por eso tengo tiempo de pararme a pensar
que puedo llamarte Amor
si quieres,
que quiero llamarte Amor
si vienes.
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