Se me ha enredado
por dentro
el pequeño vals vienés
y hay un poeta
que me dicta al oído
dibujos preciosos.
Asumo y sigo
un camino de vuelta
a casa
por un sendero
de fichas de dominó
en pie, serpenteantes.
Justo en la puerta
he encontrado
la llave que perdí.
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