Están guardadas algunas palabras
que saben que un día llegará su momento.
Son palabras que encierran dulces blasfemias,
pequeños rencores del todo olvidables
y una sucesión de tratos con el corazón.
En condicional (si vinieras a decirme...).
Son las palabras que preguntan impertinentes
y sostienen la mirada aventando una respuesta.
Son palabras pero son
el reducto de tempestad entre tanta calma.
Son -y hoy
quiero creer que son- las que un día querrás escuchar
en la voz que tanto te gusta.
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