Se está empeñando la vida en que todos los días sean
lunes,
primero de mes,
año nuevo
y comienzo de curso.
Nos estamos empeñando nosotros en este juego absurdo
de querer encontrarnos sin buscarnos,
de querer que otros pinten las rayuelas que nosotros
queremos saltar.
Todo por no mancharnos las manos de tiza.
Todo por no llevarnos, de un salto, el corazón.
Se está empeñando el mundo en servirnos distracciones,
como un "todo incluido"
dorado y mentiroso.
Me estoy empeñando yo en no caer
en su tentación.